Puntualidad.
La mayoría de personas tenemos un problema con el ser puntuales, ya que siempre en último momento surgen pequeños detalles que nos roban tiempo y nos impiden estar listos para partir a una hora conveniente.
Necesitamos estar conscientes de que el tiempo siempre corre y debemos ser más rápidos que él. Hay momentos para actuar con lentitud y paciencia, pero si estamos presionados porque nos quedan sólo unos pocos minutos para salir de casa o tomar el autobús, es nuestra obligación acelerar un poco nuestras actividades para cumplir con excelencia en todos los aspectos. Pues, ¿de qué serviría entregar un trabajo precioso y extenso dos días después de la fecha indicada? Para agradar a los demás con nuestros actos, mostrar un buen ejemplo y crear buenos hábitos de práctica de valores tenemos que comenzar por poner un orden en nuestros pensamientos y así poder llenar siempre las expectativas de nuestros superiores y cumplir con todos los aspectos que la situación requiera.

Al ser puntuales podemos evitar regaños, castigos, cobros extra por mora, y otra gran cantidad de cosas negativas. Tratemos de dar nuestro mejor esfuerzo en todo, y así aun cuando fallemos no se molestarán con nosotros porque cuando algo lleva un poco de esmero y das todo lo que tienes para que esté excelente, lo notarán los demás y podremos estar conformes con nosotros mismos y satisfechos de no tener que sufrir por mediocridad.
Ok, por hoy es todo y sigamos sin rendirnos intentando ser felices...
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